Fidel Castro, absuelto por la historia

Ulises Mérida

El comandante Fidel Castro, como se le conoce después de la contundente victoria que la Revolución Cubana asestó contra la dictadura de Fulgencio Batista en el año de 1959, ha sido  un referente político como gran estadista a nivel mundial. 

A cuatro años de su fallecimiento(1926-1916), es importante hacer un recordatorio histórico de las consecuencias que tuvo el accionar de un hombre que fue consecuente con los ideales revolucionarios, que desde muy joven, Fidel Alejandro Castro Ruz se delineaba en las juventudes revolucionarias cubanas. Desde muy joven, cuando era estudiante de jurisprudencia en la Universidad de la Habana, se llenó de un espíritu de rebeldía al ver las condiciones de injusticia y sumisión colonialista que acontecía en el país caribeño,  lo que  hizo que se convirtiera en un reconocido activista y que, posteriormente, lo empujó a tomar un rumbo revolucionario al zarpar desde México con un puñado de valientes para llegar en el bote Granma a las costas de Cuba y enfrentar a Batista en 1956.

Antes de la revolución, Cuba era un símbolo de las injusticias coloniales más recalcitrantes vividas en los países latinoamericanos. Después de la liberación del yugo español en 1898 con la sangre vertida de un pueblo ávido de independencia y liberación, Estados Unidos de Norteamérica clama esa victoria y establece su dominación en la isla que vio clamar a su hijo José Martí la siguiente frase: “Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan”, consigna que quedará en la memoria del joven Fidel Castro. 

Así que el 1 de Enero de 1959, finalizó el yugo imperialista norteamericano en Cuba, al verse desafiado en su dominación global por ésta pequeña isla caribeña, hecho que motivó que cada pueblo oprimido, cada nación humillada, cada movimiento de liberación, fueran inspirados ante tales acontecimientos y lo celebraran. Fidel Castro, un gigante de la historia latinoamericana había surgido al lado de otros valientes hombres y mujeres de alturas semejantes, como Ernesto Guevara, Vilma Espín, Camilo Cienfuegos Haydee Santamaría o Melba Hernández.

Ese acontecimiento revolucionario abriría caminos y brechas rebeldes en todo el orbe, Fidel Castro al asumir la dirigencia política de Cuba, una y otra vez rechazaría rendirse ante las amenazas y chantajes norteamericanos. Pasaron 10 presidentes estadounidenses, entre demócratas y republicanos que, constantemente atacaron física y diplomáticamente a Cuba por más de seis décadas, probando su ineficacia ante esa pequeña isla que se levanta constantemente como un gigante. Todavía  hoy la grandiosa isla cubana permanece en acoso brutal y, peor aún, con el terrorista e inhumano bloqueo económico dictado por el imperialismo norteamericano.

A pesar de haber defendido victoriosamente el pueblo cubano su soberanía nacional, con su comandante en jefe Fidel Castro en la Bahía de Cochinos del ataque perpetrado por mercenarios y asesinos pagados por Estados Unidos en 1961; haber pasado la gran prueba diplomática en la Crisis de los misiles en 1962; de solidarizarse con las luchas de liberación nacional de los países del sur mundial como Argelia, Siria, Angola por mencionar algunos; todavía hoy la prensa internacional y el imperialismo norteamericano en sus múltiples facetas mediáticas y culturales, injurian el gran esfuerzo que el pueblo rebelde sigue haciendo por defender su soberanía contra el sometimiento de las grandes potencias globales, ahora en disputa. 

Es menester recordar las brigadas internacionales de médicos que inauguró el mandatario Fidel Castro, dirigidas hacia muchas latitudes del sur global en ayuda de los más pobres y desposeídos que no tenían acceso a la salud, mujeres y hombres médicos cubanos que se han desempeñado en la ardua tarea de brindar el derecho humano a la salud desde 1963. Desde entonces, alrededor de 400, 000 profesionales isleños han sido enviados a 164 países de todo el orbe, incluso a países de los denominados ´desarrollados´. En la reciente pandemia mundial de COVID-19, Cuba ha sido el único país que ha mandado brigadas a los países más afectados, incluyendo Europa como Italia o El Principado de Andorra, así como a China, México, Jamaica, Venezuela, Nicaragua, Belice, entre otros. Cuba ha sido primer lugar en el mundo por tener niveles nulos de analfabetismo y posee actualmente alrededor de 95,000 médicos en una isla de 11 millones de habitantes. Cuba es un ejemplo mundial no sólo de gallarda soberanía reflejada en sus sistemas sanitarios y de salud, sino de una solidaridad inconmensurable de un pueblo rebelde y consciente de su papel histórico a pesar de los constantes ataques y bloqueo económico genocida, el pueblo cubano es realmente admirable. 

Las admirables acciones son repercusiones de lo que en los momentos certeros Fidel Castro impulsó en sus políticas públicas, el mando certero de un estadista que a todas luces tenía visión histórica muy por encima de muchas figuras históricas de su tiempo. Sus extraordinarios discursos en diferentes foros internacionales son un referente de lucidez y convicción revolucionaria, sus audaces intervenciones como jefe de Estado dejaron a muchos políticos sumamente perplejos, su preocupación por los pobres del mundo siempre fue una preocupación constante, la humanidad y su futuro ante el cambio climático y las armas de destrucción masiva fueron parte de sus últimas reflexiones.

Las críticas a su versión del socialismo implementado en Cuba todavía es parte de los debates internacionales, sin embargo, se olvida que desde el punto de vista teórico, desde los clásicos que propugnaron y defendieron el socialismo, en particular Carlos Marx y Federico Engels, al hacer su análisis sobre el papel de las clase trabajadora, perfilaban un horizonte de organización a nivel internacional. Decían que los trabajadores debían organizarse conscientemente como clase social, en sí y para sí, que pudieran crear las condiciones de lucha a nivel nacional como primer paso  y como un medio, pero como finalidad establecer una sociedad socialista en todo el orbe, como precondición necesaria para poder establecer la utopía socialista, es decir, preveían las dificultades y las condiciones de imposibilidad de llevarse a cabo en un solo país, de allí su gran consigna: “¡Proletarios de todos los países, unidos!”. La experiencia soviética, cubana y de otras latitudes, con sus particulares contradicciones y matices, nos muestran que esta precondición se confirma, por lo que todavía se tiene largo camino por sembrar.

Porque si bien es cierto que uno de los puntos nodales de la transformación de las relaciones sociales en la sociedad humana descansan en sus relaciones de producción, es entendible que un paso trascendental en las transformaciones sociales tiene que ver con el carácter de producción, distribución y apropiación del producto social del trabajo humano, es decir, que la propiedad privada tiene un carácter fundamental de la sociedad capitalista, desde su producción de las mercancías hasta su consumo, por lo que subvertir dicha sociedad requiere subvertir este carácter privado, empezando por los medios de producción. En Cuba después de la revolución, se eliminó la propiedad privada como elemento jurídico de la legalidad burguesa, y se constituyó el Estado Socialista de Trabajadores con la propiedad social en manos de dicho Estado. Desde allí se puede entender el acoso encarnizado que el imperialismo yanqui ha tenido en contra de la isla caribeña, que le disputa no sólo la perspectiva histórica en relación a la cuestión de propiedad, sino de la narrativa social en relación a las relaciones sociales que debieran descansar en la solidaridad, la ayuda mutua y la propiedad común. El bloque económico es el dique material que ha ayudado a la narrativa norteamericana a difamar el proceso de transformación que se ha venido llevando a cabo en Cuba.

Fidel Castro tuvo sus alianzas y alejamientos con el `socialismo´ soviético en múltiples ocasiones, tuvo que moverse en aguas turbulentas de la Guerra Fría para no subordinarse incondicionalmente ante el poder emanado desde el Kremlin. No obstante, las duras situaciones que debió enfrentar con el `periodo especial´ después de la caída de la URSS, y en particular, la cuestión de la burocracia,  es un problema principal aún no resuelto. Y es que la extrema concentración del poder por algunos órganos del Estado e instituciones duramente centralizadas, crearon una casta de privilegiados que tienen aún un modo de vida muy diferente al que vive la mayoría de la población, la cual tiene acceso a bienes y servicios que muy pocos cubanos y cubanas tienen. 

Cuba vive hoy un proceso difícil y complejo que definirá su rumbo en los próximos años, la aprobación de la Constitución en 2019 que abre paso a la legitimación de la propiedad privada y del derecho burgués, también abre canales para el incremento de la desigualdad, pues ante la ley de las reformas liberales que se han llevado a cabo en dicha Constitución mediante el Estado Socialista de Derecho, legitima las condiciones materialmente desiguales en una igualdad abstracta del derecho. Veremos que pasa en los próximos años, pero seguramente pudo haber sido algo en lo que Fidel se hubiera opuesto. 

La lucha en Cuba seguirá y, como en su entrañable defensa que hizo cuando lo encarcelaron de joven, seguramente su legado estará en la mente de muchas y muchos jóvenes cubanos y latinoamericanos:

“ En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como no la ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, como no temo la furia del tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos. Condenadme, no importa, La historia me absolverá”.  

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