Ana Gracián

Después de la tempestad

Después de cinco meses de estar conmigo me doy cuenta que no hay mejor manera de Estar, el poder pasar tiempo valioso de tu vida con tus pensamientos, emociones e ideas no puede ser más enriquecedor, y no pudo ser de otra manera, más que esa, al principio fue una tormenta de dudas, de miedos, de sensaciones encontradas, la soledad era un tema recurrente como si fuera una maldición, los días transcurrían como si faltara algo siempre, las llamadas y mensajes no eran suficientes, siempre existía esa idea de que algo faltaba, fueron dos meses eternos en los que era más importante desear, que vivir.

Hasta que un día me di cuenta que estaba con mis pensamientos y emociones y yo sola los tenía que controlar y aprender a vivir con ellos de la mejor manera, ya no quise provocar, dejé que todo fluyera, un día recibí una llamada y quise afrontar la verdad para terminar con todo, pedir disculpas, aceptar los errores mutuos, pero ya no regresar atrás, asumir que no era víctima, que solo era un ser humano con errores que permitió ciertas cosas, porque no decirlo por beneficio propio, el darme cuenta exactamente que también fui una controladora de las circunstancias, también actué con dolo y con frivolidad.

Sí, me estaba comenzando a conocer con todos los secretos y mentiras que me había ocultado durante mucho tiempo y era necesario pedir disculpas, escuchar verdades y concluir con una etapa de mi vida, que lo más valioso que me dejó es poder hacer música y, entender que no somos dueños de nadie y nadie es dueño de nosotros, así que con todo el valor que pude lloré, hablé, y me despedí asumiendo mis errores, y fue como deshacerme de muchas telarañas en mi mente que me estorbaban para seguir adelante.

Entonces todo cambió, la soledad comenzó a ser una fuente de aprendizaje personal, de lucha constante día a día, empecé a disfrutar el estar conmigo y también disfruté más la presencia de mis seres cercanos, entendí el amor de otra manera, una forma más sencilla y en paz de estar con alguien, aprendí a no ser aprensiva, a entender a los otros sin controlar acciones y buscar mis propias formas de estar conmigo, con mis emociones, sentimientos; no niego que hubo muchos momentos en que me sentí hasta abajo, pero no era la misma sensación de antes, dejaba entrar la tristeza, entendía porque era y la dejaba ir como llegó.

Luego vino un poco el chantaje, despedirse para hacerme sentir culpable, tratar de seguir contactando conmigo para hacer lo mismo que siempre controlar, sujetar, pero ya no podía seguir así, por eso fue la última vez que hablé, sé feliz, eres fuerte, puedes hacerlo así como yo lo he hecho y no pienso mirar atrás, ni cambiar mi decisión, así que ya no llames, ya no más mensajes, todo estará bloqueado para ti y, además cambié mi número de celular, así que  fue la despedida, directa, sin más explicaciones, solo sé feliz.

Eso fue solo para comprobar que ya estaba del otro lado, aprendiendo como nunca de mí, de mi ser, de mis emociones y curiosamente dejé el celular a un lado, ya solo escribía mensajes y los contestaba a personas que eran realmente importantes para mí, así me di cuenta que ya me gustaba estar sola, que disfrutaba de verdad el estar conmigo y cada vez era más fácil, salir solo a lo indispensable y conversar un poco de cosas cotidianas y lo más importante, amé el estar conmigo y amé más a la persona que me dió el valor para tener una nueva vida, esa persona me enseñó a amarme por sobre todas las cosas y a valorar lo que soy, solo le puedo dar las infinitas gracias.

Un nuevo despertar

Ahora ya es Septiembre, ha entrado el otoño con una hermosa luna llena, me gusta el otoño porque los árboles se tornan dorados y hay alfombras de hojas secas en el suelo cerca de ellos, la vida es un despertar constante de latitudes dimensionales que se entrelazan y fluyen para complementar ideas y esencias. Venus y Marte están muy presentes en el cielo, esa dualidad de Amor y Guerra es interesante, es como luchar por seguir amando, sí, el amor es una lucha constante,  decía Octavio Paz que el amor hay que construirlo día a día para que exista, eso es lo que falta en el mundo, construir y amar, amar sin control, sin apego, sin egoísmo, amar a alguien cuando está conmigo y seguir amándolo aunque no esté, desear que esté bien y que sea feliz en donde esté.

Son alcances que se logran cuando hay paz interior, cuando sabemos y tenemos la certeza del otro, es un viaje muy especial vislumbrar a las personas por su luz y no por su existencia, conocer una mirada por su esencia, dicen tantas cosas los ojos de una persona, que hasta él mismo se asombraría de saber que alguien puede leerlo, es algo que siempre he podido hacer desde pequeña, sé quién es buena persona y quién no, es cómo un don, o lo que llamarían intuición. Así que basta con mirar fijamente a los ojos de alguien para saber sus más ocultos secretos, sus fantasmas y temores y más aún, sus verdaderos sentimientos.

Últimamente sueño mucho a una niña, pensé que inconscientemente quiero tener una para cuidarla, protegerla y educarla, como hubiera querido que lo hicieran conmigo, no me quejo de mi educación porque mi madre me dio una muy buena educación, el respeto y valor que debes de tener hacia el aprendizaje y conocimiento, mi padre por otro lado me enseñó la nobleza del trabajo y el ser educada en donde estés. Ahora pienso que esa niña soy yo, que necesito algo más que una buena educación tanto profesionalmente como en el terreno personal, es que soy una persona muy llena de amor, me gusta darlo a manos llenas, y eso a veces, a las personas no es que no les guste, yo digo que no lo entienden, porque creo que el amor cuando se siente hay que demostrarlo, abrazar, besar, morir en la intimidad, siempre he sido muy apasionada, muy intensa, pensé que a lo mejor era malo ser así, pero con el tiempo me he dado cuenta que yo soy así y no podría ser de otra manera, tengo tanto amor y lo siento tan intensamente, que me gusta que la gente que amo, lo sienta así, que se dé cuenta que es tan especial que merece que la amen así.

La pregunta es y pareciera ser ¿y a tí te aman así? , la respuesta es que yo me amo así, por lo que pareciera egoísta, porque parecería que soy autosuficiente, pero no es así, la vida es tan bella que debiéramos amar así, sin miedos, sin reservas, darlo todo porque solo vivimos un lapso de tiempo, y aunque yo creo en el eterno retorno, no importa, volvería a amar así, porque para mí es la única manera de amar, eso ya lo tengo claro desde siempre, no creo que me lo enseñaran, porque ni mi padre, ni mis hermanos aman de esa manera, yo creo que así nací, pareciera que soy muy narcisista o ególatra, pero la gente que me conoce sabe que no soy así, solo que, a veces, la seguridad de una persona se tergiversa en eso, más bien es que yo no tengo miedo a amar y, más aún, no tengo miedo a decirle a los que amo, que los amo infinitamente, que son únicos y especiales y merecen ser amados así y no de otra forma.

Entonces la vida fluye y aprendes a ser feliz con todo lo que tienes, a no desear, porque la verdadera infelicidad es cuando deseas lo que no tienes, yo agradezco lo que tengo y no deseo nada más, no cambiaría nada de lo que tengo, acepto que he tenido momentos muy difíciles en mi vida, que en meses pasados me deprimí muy fuerte, pero ahora puedo decir con toda seguridad que soy feliz.

Ilustración por Emilio Morales Ruiz

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