
INTRODUCCIÓN
Partiendo de la lectura de Gutiérrez[1], podemos considerar a las Finanzas Públicas como parte importante de la Política Pública del gobierno por incidir poderosamente en las variables macroeconómicas, que va desde el crecimiento económico hasta el desarrollo social y, por lo mismo, es fundamental una reforma integral en las finanzas dado que representa un problema del Estado actual mexicano y es un reto primordial de gobierno. Dentro de esta reforma tributaria es imprescindible tener en cuenta ciertos atributos necesarios, tales como la equidad entre personas, empresas y regiones; la capacidad recaudatoria debe ser conforme a la demanda de bienes y servicios públicos que demandan los ciudadanos; debe ser neutral en la estructura de los precios relativos en los diferentes mercados; debe contribuir a elevar la tasa de crecimiento económico, empleo y estimular el cambio tecnológico y la innovación; así como que debe ser sencilla en su diseño para su cumplimiento eficaz y reducir su dependencia fiscal con PEMEX.
ATRIBUTOS NECESARIOS DE LA REFORMA HACENDARIA
De este modo, para dar cabida a estos atributos expuestos por Gutiérrez, es necesario distribuir equitativamente el ingreso y la riqueza con ayuda de una eficaz política de gasto público; se deben eliminar todas las exclusiones y tratamientos especiales de tributación así como identificar a los sectores con más capacidad de contribución; debe haber mayor neutralidad respecto a los precios relativos, teniendo en cuenta la cantidad de los factores de producción y reconocer detalladamente los atributos aplicables entre los mercados de bienes y servicios, sectores, ramas económicas y entre sus elasticidades de sustitución; el crecimiento dependerá tanto dicha neutralidad como del aumento de la recaudación que a su vez se conviertan en inversiones para aumentar la capacidad productiva a corto, mediano y largo plazo, dando especial importancia el estímulo de la inversión privada a través de programas e incentivos; también la sencillez del diseño recaudatorio debe llevarse a cabo por medio de una eficiente simplificación y modernización de su sistema y; por último, PEMEX debe ser concebida como una fuente de conversión de aumentos discretos de capacidad productiva del país a corto, mediano y largo plazo.
En cuanto al diagnóstico de los ingresos, se puede decir que son bajos y limitados, que su nivel recaudatorio es mínimo y que hay normas que permiten tratos preferenciales a determinados contribuyentes, lo que da pauta a la evasión fiscal, tan solo en 2012 este trato significó un gasto fiscal del 2% del PIB por ISR-IETU y del 1.5% del PIB por IVA. Se estima que son 6 puntos del PIB lo que deja de recaudar el Estado por estos tratos preferenciales, asimismo, la petrolización de los ingresos es un lastre que se debe remediar por su dependencia tan pronunciada.
Lo que tiene que ver con el gasto, se debe mencionar que no hay suficiente transparencia y rendición de cuentas, así como que no tiene la efectividad esperada. Por lo que se refiere a la deuda, se debe mantener la estabilidad macroeconómica mediante una transición de deuda externa a deuda interna, sin embargo, el manejo de la misma ha detectado costos financieros altos y, por lo que respecta a estados y municipios, hay manejos opacos de recursos con abusos detectados y, por ello, en el año de 2013 el Congreso de la Unión aprobó una ley de responsabilidad financiera que puso reglas y límites al endeudamiento de los gobiernos locales. El Federalismo Hacendario también tiene problemas que solucionar, dado que el Sistema de Coordinación Fiscal no satisface a ningún nivel de gobierno, pues al centralizar en los últimos años los ingresos nacionales la Federación, a su vez se descentralizaron responsabilidades de gasto que en muchas ocasiones dejan a los gobiernos locales en aprietos fiscales, ya que no tienen capacidades tributarias, ni político-administrativas para ejercer sus atribuciones, pues al depender de las transferencias federales tienen muchas veces que recurrir al endeudamiento por verse presionados fiscalmente, de allí que sea necesaria una Reforma Hacendaria que posibilite mayores ingresos para la nación en su conjunto.
REFORMAS FISCALES
Si vemos en retrospectiva las reformas fiscales que se han implementado en la historia de México, podríamos visualizar la debilidad recaudatoria que comienza en nuestro país desde la Constitución de 1824, con sus ingresos principales por medio de los impuestos aduaneros y las alcabalas; posteriormente el Porfiriato elimina las alcabalas y disminuye los impuestos aduaneros pero crea nuevos impuestos a determinados productos y aumenta el Impuesto del Timbre; después en el año de 1925[2] con la introducción del Impuesto sobre la Renta éste se convierte en el impuesto más importante de la Federación y, por último, con la creación en 1980 del Sistema de Coordinación Fiscal se sustituye el Impuesto sobre Ingresos Mercantiles por el Impuesto al Valor Agregado, el cual, a través de los años se convirtió en el segundo impuesto más importante en cuanto al valor de su recaudación. Así pues, con la Reforma Hacendaria de 2007 que fortalecía el Pacto Hacendario entre la Federación y los estados y municipios, se crean dos nuevos impuestos, el Impuesto Empresarial a Tasa Única y el Impuesto a los Depósitos en Efectivo, además de reformar algunos artículos para incrementar la recaudación fiscal y evitar la evasión.
Posteriormente, con la Reforma Hacendaria de 2013[3] se introdujeron reformas importantes al consumo y al ingreso, en el primero se disminuyeron las excepciones y regímenes especiales homologando el IVA a 16% en todo el país y se eliminaron las imposiciones a la importaciones temporales; en cuanto al segundo, se eliminó el Impuesto Empresarial a Tasa Única y el Impuesto a los Depósitos en Efectivo, se anuló la consolidación fiscal de forma gradual pero se aumentó el ISR para personas físicas y trabajadores por lo que se amplió la base gravable al incluirse los ingresos por dividendos y ganancias bursátiles, además que se establecieron disposiciones fiscales para evitar el consumo de bienes nocivos para la salud y el medio ambiente[4]
AMPLIACIÓN RECAUDATORIA NECESARIA
Teniendo en cuenta que México es uno de los países con menos capacidad de recaudación[5] como hemos visto, generando ingresos del orden de 10.7 por ciento, en comparación con los demás países Latinoamericanos y miembros de la OCDE que, tienen ingresos tributarios de alrededor de 15.5 y 23.1 por ciento, respectivamente[6], o a nivel subnacional que representa el 0.7 % del PIB en el caso de México y de 9.1% para los países miembros de la OCDE; es necesario buscar los mecanismos de reforma integral que puedan generar ingresos suficientes gravando a las personas y sectores más privilegiados del país, principalmente ante la concentración de riqueza tan predominante y los niveles de desigualdad tan acentuados, por lo que se requiere la ampliación de la base tributaria. Un caso concreto sería el impuesto a las herencias, las cuales al ser en los últimos años tan grandes y extensas al acumular un número creciente de millonarios, podría generar un ingreso considerable a la Hacienda Pública, sin embargo, en nuestro país no se gravan a las herencias, aunque ya existía dicha disposición desde 1925 con una tasa máxima de 40% y posteriormente se eliminó eximiendo su pago en el artículo 109 constitucional. También numerosos países nos muestran que es posible un ingreso por este concepto, como 19 miembros de la OCDE que cobran desde el 4% como Italia, hasta el 55% como Japón, aunque el promedio es de 15%[7]. Por consiguiente, se debe implementar una Política Fiscal progresiva que sea más amplia de la que hasta ahora se tiene concebida, teniendo en cuenta que la base de la recaudación es el tamaño y capacidad de la base de los contribuyentes, más aún considerando que el CONEVAL muestra que la distribución del ingreso es tan inequitativo que el 45.5% de la población en 2012 se cataloga en pobreza, es decir, ganan menos de 2,329 en las áreas urbanas y 1,490 en las zonas rurales[8], los datos actuales deberán de ser devastadores por la tendencia.
La baja recaudación fiscal tiene consecuencias en los servicios públicos del país que necesitan cada vez más insumos por el crecimiento poblacional y las manchas urbanas que se siguen expandiendo, además de la percepción negativa que tienen los ciudadanos ante la falta de claridad del destino de sus impuestos, los casos de corrupción y opacidad imperante coadyuvan a que la ciudadanía prefiera la informalidad y resistencia a seguir financiando las actividades del Estado. En 2012 el sector informal representaba el 30% de la población ocupada según el INEGI[9], el cual además de representar a la llamada tropa como lo son los vendedores ambulantes, puesteros fijos o semifijos, etc., también incluye al llamado mando que son los empresarios del comercio informal quienes se llevan jugosas ganancias y no pagan ISR.
Además de las medidas para la recaudación, es importante tener en cuenta el gasto para tener una reforma fiscal completa e integral, por lo que es menester implementar y fortalecer los mecanismos de control, gestión, seguimiento, evaluación e impacto que den certidumbre a los ciudadanos en cuanto a la administración de los recursos públicos, con lo cual se requiere hacer uso de las nuevas tecnologías de comunicación y que ya se están poniendo al servicio de los ciudadanos, sin embargo, se requiere que los mecanismos de evaluación de impacto sean eficaces, eficientes, transparentes y con responsabilidad sancionatoria, para que los gastos públicos sean realmente invertidos en las necesidades y demandas de la población y se reflejen en el bienestar de la población mexicana.
CONCLUSIONES
Con la brevedad de lo expuesto, podríamos sugerir que se debe promover la reducción del déficit fiscal a través del marco legal existente o, en su caso, promover normas legales propicias para que se lleve realmente la obligación vinculante para generar superávit en época de bonanza, en especial la concerniente a los recursos estratégicos de la nación, asimismo, se debe ampliar la base recaudatoria, no sólo a los dividendos financieros ya estipulados en las últimas reformas, sino incluso a otros sectores privilegiados que generan grandes ganancias, como el sector tan relativamente nuevo y poderoso como es el que representa a las compañías digitales transnacionales del internet, que generan grandes sumas de capital a través de la información de datos y publicidad que manejan, por lo que gravarlos fiscalmente no sería nada nuevo sino se estaría en concordancia con lo que en algunos países desarrollados ya se hace.
Ulises Mérida
BIBLIOGRAFÍA
Aníbal Gutiérrez (2013) Las Finanzas Públicas en México. Retos y Características de una Reforma. México. Facultad de Economía, UNAM
SHCP. Iniciativa de Reforma Integral Hacendaria. Consultado el 19 de enero de 2012 de http://www.shcp.gob.mx/
Serna, J. (2004). La Convención Nacional Fiscal y el Federalismo Fiscal en México. México: Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM.
Caballero, E. (2009). Los ingresos tributarios del sector público en México. En Los ingresos tributarios del sector público de México. México: Trillas
[1] Aníbal Gutiérrez (2013) Las Finanzas Públicas en México. Retos y Características de una Reforma. México. Facultad de Economía, UNAM
[2] Serna, J. (2004). La Convención Nacional Fiscal y el Federalismo Fiscal en México. México: Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM
[3] SHCP. Iniciativa de Reforma Integral Hacendaria. Consultado el 19 de enero de 2012 de http://www.shcp.gob.mx/
[4] Ibid., p. 3
[5] Caballero, E. (2009). Los ingresos tributarios del sector público en México. En Los ingresos tributarios del sector público de México. México: Trillas. p. 203.
[6] Ibid. p. 4
[7] https://www.elcontribuyente.mx/2020/02/morena-quiere-reinstaurar-impuesto-a-la-herencia/
[8] Gutiérrez(2013) p. 350.
[9] Gutiérrez(2013) p. 353